Lo cierto es quien quiere siempre puede. Aún así, muchas veces nos dejamos llevar por esas excusas que lo único que hacen es engañarnos a nosotros mismos. Y es que si en realidad queremos salir a correr no hay excusa que valga. Estas son algunas justificaciones que damos para justificar que no queremos entrenar.
Falta de tiempo
"Si querer correr quiero, pero no tengo tiempo". Esta es una de las excusas más manidas que existen para no salir a correr. Siempre se tiene tiempo, lo que pasa es que hay que buscarlo. La organización es una de las claves fundamentales para establecer una rutina de entrenamiento. Tan solo necesitas 30 minutos al día. ¿En serio que no los tienes? No nos lo creemos.
Vivo en una zona mala para correr
El tráfico, la calidad del asfalto, etc. Otra excusa para no calzarte las zapatillas y salir a hacer kilómetros. Si te pones a buscar taras a la zona en la que vives siempre encontrarás alguna. Esta vez procura buscar los pros de tu barrio y ya verás como también los hay.
No seas negativo y si es cierto que el área por donde sales a correr es tan mala siempre te quedará la cinta del gimnasio ¿no?
Me duele todo el cuerpo
Eso pasa cuando no tenemos una rutina deportiva y salimos a correr un día a todo tren. Lo lógico es que al día siguiente no puedas ni con tu alma. Para evitar este problema lo más recomendable es un buen calentamiento antes de empezar, así como disminuir tu nivel de exigencia los primeros días. Ya verás cómo, por fin, se acabaron las agujetas y los dolores musculares.
Me da vergüenza
Muchas personas no salen a correr pensando en el que dirán de la gente. Siente vergüenza porque se ven ridículos corriendo. Buena esa es tu percepción. Intenta correr en una postura cómoda, con la espalda bien recta y apoyando primero el talón. Por lo demás, no te preocupes. Lo más lógico es que cuando los demás te vean correr es que sientan envidia por ver una fuerza de voluntad que ellos no tienen.
Siempre abandono
Si vas pensando en que no sales a correr porque, tarde o temprano, lo vas a dejar vas mal. Necesitas algo que realmente te motive a quemar asfalto con tus zapatillas. Sal con amigos a correr, ponte música especial para llenarte de energía, registra tus entrenamientos, etc.
Ya no sirven las excusas. Y tú ¿cuándo sales a correr?