Un antiguo proverbio chino asegura que todo lo bueno se encuentra dentro del jengibre. Este considerado ya como un superalimento no solo está lleno de sabor, sino también de múltiples propiedades. En esta ocasión vamos a descubrirte todo lo que el jengibre puede hacer por ti.
Origen del jengibre
Parece ser que la planta del jengibre tiene su origen en la zona tropical del Extremo Oriente. Desde allí, su cultivo se ha extendido hacia otras regiones tropicales del mundo. Desde las más antiguas India y China, hasta Grecia y Roma, el tallo del jengibre se ha utilizado como una planta culinaria y medicinal.
Su sabor es picante y alimonado, por lo que no solo aromatiza y da sabor a las comidas. Además, es un remedio perfecto para ciertos problemas de salud. Hoy día, el principal productor de jengibre es Jamaica, seguido por países como China, Nepal, India, Tailandia, Filipinas, etc.
Cuáles son las propiedades del jengibre
Su riqueza en vitamina B y C, aceites volátiles, así como en sustancias fenólicas han convertido al jengibre en todo un superalimento lleno de múltiples virtudes. Algunos de los más destacados son:
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Reduce las náuseas, los vómitos y los mareos (vértigo).
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Calma los dolores menstruales.
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Ayuda a superar los mareos por desplazamientos en transporte marítimo y terrestre.
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Alivia los dolores de cabeza, especialmente las migrañas.
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Es una gran ayuda en los resfriados y procesos catarrales.
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Reduce el dolor muscular tras un entrenamiento.
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Es antiestrés gracias a su contenido en cineol.
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Termina con el mal aliento.
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Regula la temperatura corporal.
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Retrasa el envejecimiento prematuro gracias a su riqueza en antioxidantes.
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Previene el cáncer de colon y ovarios, ya que se ha demostrado que su consumo parece inhibir el crecimiento de células cancerígenas en la zona.
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Refuerza el sistema inmunológico.
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Aplicado directamente sobre la piel es útil para regenerar heridas leves y quemaduras.
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Acaba con los problemas de insomnio.
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Ayuda a controlar el peso y a terminar con esos kilos de más.
Formas de tomar jengibre
La planta de jengibre se puede encontrar en varios formatos. Por ejemplo, como té, en polvo, cristalizado,encurtido, confitado, etc. Para aprovechar todos los beneficios de esta planta hay varias formas en las que puedes consumirla. Una de las más habituales es el té de jengibre. Para preparar esta infusión sólo necesitas un trozo de raíz de jengibre fresco o seco (20 ó 40 gramos). Ponlo a hervir durante unos 5 minutos y, a continuación, déjalo reposar. También puedes optar por exprimir, rallar o cortar en trozos el jengibre y añadirlo a tus platos favoritos.
Como dato curioso para el control de peso decirte que 10 gramos de jengibre contienen:
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4.6 calorías.
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0.2 proteínas.
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0.1 grasas.
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0.9 carbohidratos.
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0.0 fibra.
Aunque el consumo de jengibre no posee restricciones es necesario controlar sus dosis. Por ejemplo, si disponemos de jengibre fresco podemos consumir entre 3 a 10 gramos al día. En el caso del jengibre en polvo, al ser más concentrado, se aconseja no tomar dosis superiores a 2 gramos al día.
Las mujeres embarazadas, personas con diabetes, presión arterial alta, problemas circulatorios, etc deberán consultar con su médico antes de introducir la planta del jengibre en su dieta.